jueves, 2 de marzo de 2017

Un recuerdo para mi hermana muerta

                  A mi hermana Maruja

En este dos de marzo,
!ay penita pena!,
quisiera darte un abrazo
para ver si la vida merece la pena

Aquel dos de marzo
de un año sin suerte,
Maruja del alma,
en tu vida de cristal,
rota y sin calma,
todo fue mal:
Los faroles se apagaron,
y te sorprendió la muerte

La luna amargada,
con su halo redondo,
dejó de brillar,
cogió de la mano al sol
y juntos, se echaron a llorar…
La primavera,
tocó fondo
y, desolada y triste,
! ya no quiso llegar !.

La muerte,
como era pronto para llevarte
y ella lo sabía,
dejó su guadaña aparte
y con sus cartas marcadas
se hizo fuerte.
esperó hasta ese día
para  invitarte a jugar
al juego del nunca  jamás.

Ella ganó la partida
y tú, creyendo ganar,
perdiste la vida.


En este dos de marzo
a treinta años de distancia,
hermana mía,
yo miro hacia atrás
te diviso en la lejanía
y huelo tu fragancia
de cuando eras niña
y, parte de tu vida, era mía.

En este dos de marzo,
!ay penita pena !,
quisiera darte un abrazo
para ver si la vida merece la pena





Mi hermana Maruja falleció con 49 años. En el camino que recorrí desde mi
 infancia hasta los 18 años, ella fue quien me orientó y me ayudó 

utilizando su influencia sobre mi, como buena hermana.













Estas flores, que tu no llegaste a conocer, hoy te las ofrezco para que adornes tus deseos
allí donde estés.