Soledad |
Hace ya muchos años
cargados
de ocupaciones,
preocupaciones y torpezas
andaba
yo por un desierto,
llamado
de las tristezas,
pensando
en cómo pensar
con
firmeza y acierto
la
forma de avanzar
con
prudencia y sin sorpresas
para
llegar a buen puerto.
Ensimismado en mi pensamiento
tropecé
sin mirar
con
una señora de negro
me dijo sin piedad:
¡Yo
soy tu propia soledad!
Con aquella oscuridad
parecía
imposible verla…,
de
pronto deje de pensar
y
hasta quise quererla
aunque
dejase de avanzar.
Cuando me desperté
me
puse a dudar:
¡¡que
es la realidad!!
no
había melancolía
no
había desierto……
ni
siquiera había en que pensar.
Solo veía con claridad,
allí,
en la lejanía,
un
horizonte cierto:
lleno,
muy lleno
de
luz , ilusión y armonía.
La Razón nos invita a unir la soledad,
esperanza y fe para poder entender
el porqué y para que de las cosas
|
y
entonces ella, la señora de negro,
se
difuminó en su propia soledad
Luego
me puse a caminar
y
allí estaban, allí las vi
a
mis nuevas compañeras :
una,
con forma de corazón, era la fe
la
otra, seductora,
se
llamaba razón
eran
mis nuevas consejeras
fe
y razón ,luz y energía.
Les abrí mis puertas de par en par
entró
una bocanada de alegría
y
con ellas, de la mano, empecé a caminar Enrique
Un día cualquiera de la juventud de uno mismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario